Cuando todo pase. Capítulo 2. Extremadura
| Encendido Abr14,2020Parece que poco a poco vamos viendo un atisbo de luz al final del túnel. Y cuando esa luz brille por completo será el momento de volver a inundar nuestras calles para abrazarnos, para volver a sentir Extremadura juntos. Precisamente hoy queremos hablarte de nuestra región y de algunos de sus principales atractivos para pasar un verano inolvidable y lleno de experiencias más cerca de lo que imaginas. Hablemos de nuestra tierra.
El verano extremeño, festejos y reencuentros
A medida que se acerque la vuelta a la normalidad también se acercará la época estival, un tiempo idóneo para disfrutar de todo lo que nos puede ofrecer la región, especialmente en lo que a festejos se refiere. Las fiestas que inundan nuestros pueblos y ciudades suponen además el regreso de nuestros emigrantes y una oportunidad para volver a reencontrarnos con amigos y familiares, muchos a los que hoy echamos de menos por las circunstancias.
Los eventos festivos también constituyen importantes activos de turismo cultural, que se representan con una de las citas teatrales más consolidadas y de mayor prestigio del mundo, el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Se celebra entre los meses de julio y agosto reuniendo a los nombres más destacados de la escena en un lugar de culto como es el Teatro Romano. Precisamente, agosto es mes de las celebraciones por antonomasia, que se suman a lo largo y ancho de Extremadura. Algunas de ellas echan la vista atrás y rememoran su historia, este sería el caso del Festival Medieval de Alburquerque o El Alcalde de Zalamea, de Interés Turístico Regional y Nacional respectivamente. Otras nos acercan al folklore de aquí y de allí, como el Festival Internacional de la Sierra de Fregenal. Algunas ponen en valor las raíces ancestrales como La Enramá de Pinofranqueado o las tradiciones arraigadas a cada zona o comarca, como es el caso de la Fiesta de la Vendimia en Villafranca de los Barros. Todas comparten el honor de haber sido declaradas de Interés Turístico Regional.
Bellos contrastes de norte a sur
Si empezamos nuestro viaje por el norte descubriremos la majestuosa belleza natural de las comarcas del Jerte, La Vera, Las Hurdes, Sierra de Gata, Trasierra y Tierras de Granadilla o el Valle del Ambroz. Estas zonas destacan por ofrecernos maravillosos enclaves que en verano se convierten en una oportunidad única para refrescarse en las aguas cristalinas de sus ríos, gargantas y piscinas naturales, como la de Los Pilones, ubicada a pocos kilómetros de Jerte. Sin lugar a dudas, un lugar que bien merece la pena visitar. El norte también nos da la posibilidad de respirar el aire puro de Piornal, el pueblo más alto de Extremadura o perderse en los bosques del Castañar de Hervás. Tampoco debes perder la ocasión de contemplar el Meandro del Melero, ubicado en Las Hurdes y considerado el más bonito de la Península Ibérica.
El este extremeño nos deleitará con sus inmensos embalses, algunos de los más grandes de Europa y una opción idónea para disfrutar de multitud de deportes acuáticos. Uno de los ejemplos es la playa de agua dulce del embalse de Orelllana, que desde hace más de 10 años ostenta bandera azul siendo la primera de interior en tener este reconocimiento. La comarca de la Siberia aúna grandes llanuras, montes y dehesas que conviven en armonía con kilómetros y kilómetros de costa de agua dulce. La Siberia fue declarada en 2019 Reserva de la Biosfera de la UNESCO y es un paraíso para los amantes de la naturaleza, la pesca, caza o senderismo . También al este, nos encontramos con el geoparque Villuercas-Ibores Jara, que en la actualidad cuenta con más de 40 geositios, lugares de interés geológico y turístico en un entorno natural único en el mundo. Aquí podemos toparnos con la cueva de Castañar de Ibor, la mina La Costanaza de Logrosán y por supuesto, la bella villa de Guadalupe, de visita obligada por su monasterio, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Antes de despedir nuestro viaje por el sur y repasando las principales ciudades, bien merece la pena darse un paseo por la Raya a través de todo el oeste de la región, que acaricia Portugal y se mezcla con sus paisajes, gentes y cultura. El parque natural del Tajo Internacional es buena prueba de ello a través de las aguas de un río que es frontera natural y a la vez nexo de unión representado a la perfección por el majestuoso puente romano de Alcántara, una de las obras de ingeniería más importantes de la hispana romana.
Los aires del sur
Podemos comenzar nuestro rumbo al sur partiendo de Badajoz, la ciudad más poblada de la región, custodiada por su imponente alcazaba amurallada (la más grande de Europa) y bañada por el Guadiana. Antes de irnos no nos olvidamos de conocer la famosa y pintoresca Plaza Alta y recorrer las estrechas y acogedoras calles de su centro histórico.
Viajar al sur supone encontrarnos con distintos momentos de nuestra historia. Así lo atestiguan ciudades como Zafra, conocida popularmente como “la Sevilla chica” debido a su relación histórica con la capital hispalense. Merece la pena deleitarse con su patrimonio y disfrutar de su gastronomía en sus bonitas plazas, patios y calles. Os recomendamos también una ruta de tapas por Almendralejo, centro neurálgico de la Tierra de Barros degustando al fin y al cabo de los vinos Ribera del Guadiana. En estos lares no podemos dejar de visitar lugares de interés como Jerez de los Caballeros con su castillo templario y sus icónicas cinco torres de imaginario barroco. Fregenal de la Sierra puede ser un buen punto para conocer los pueblos blancos de la comarca de Tentudía y deleitarse con el exquisito jamón ibérico que se cría en sus interminables dehesas.
El triángulo de las ciudades patrimonio de la humanidad
Extremadura cuenta en su haber con tres ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad. A la ya mencionada Guadalupe, hay que sumarle Mérida y Cáceres. De Emértia Augusta, poco hay que decir que no se sepa ya. Pasear por ella es volver a la época romana en un apasionante viaje en el tiempo. Solo basta un vistazo a sus principales puntos de interés para hacerse una idea del esplendor y poderío de esta bella ciudad en tiempos de emperadores. El circo, anfiteatro y por su puesto, el teatro romano, son buena prueba de ello, además de arcos, acueductos y multitud de vestigios.
Cáceres, nuestra ciudad
Y no se nos ocurre mejor forma de despedir este apasionante viaje que hacerlo en Cáceres, en el hogar de nuestra Oleoteca, la única de Extremadura. Aquí nos aguarda uno de los conjuntos artísticos monumentales más impresionantes y mejor conservados de Europa. La Ciudad Monumental es un regalo para los 5 sentidos y perderse por sus rincones centenarios es una sensación difícil de explicar. La gran conservación de su patrimonio explica que haya sido escenario de rodajes de época de primer nivel como el de la serie Juego de Tronos, un fenómeno mundial. Os recomendamos un paseo por la solemne Plaza Mayor y disfrutar desde ella con la estampa de los edificios que la rodean, entre ellos, el Ayuntamiento, la Torre de la Hierba, el Arco de la Estrella o el Foro de los Balbos. Si nos colamos intramuros, tendremos ocasión de contemplar un amplísimo abanico de plazas, entre ellas la de Santa María. Conocerla es dar un salto inmediato a la Edad Media. Los palacios también son uno de los máximos exponentes del poder y belleza de la villa, un compendio de estilos góticos y renacentistas que casan a la perfección con el legado medieval. Si después de la ruta aún te quedan ganas de más, ve a Trujillo y descubre por qué es uno de los pueblos más bonitos de España. Su solera te dejará sin palabras.
Hasta aquí nuestra propuesta amigos. Cada vez falta menos para volver a la normalidad y será entonces cuando tendremos que remar todos en la misma dirección para seguir potenciando todo lo que puede ofrecernos Extremadura a través de sus rincones y sus gentes.