Cata maridada de aceite en la Judería de Toledo
| Encendido Sep20,2017La semana Sefardí de Toledo, que se celebra hasta el próximo 23 de septiembre, acogerá este viernes a partir de las 18:30 horas en el Patio del Palacio Medinilla (Plaza Santa Teresa, 1), un curso de iniciación a la cata y una cata maridada de aceites de oliva virgen extra (aove). El curso consistirá principalmente en enseñar a realizar un análisis organoléctico y que según explica el gerente de Oleosetin, Luis Miguel Martín, “servirá para poder diferenciar un aove del que no lo es al cual le seguirá un análisis sensorial para que la gente reconozca los matices sensoriales que tienen los distintos aceites”.
“Llevaremos sensaciones y olores que tenemos asociados a otros productos pero que los podemos encontrar en el aceite. Vamos a hacer que la gente huela a tomate, plátano, hinojo o higuera”, afirma Martín. Por último, los asistentes disfrutarán de 3 tapas distintas para que puedan madirarlas con 3 tipos de aoves. Esas tapas serán el gazpacho, la macedonia de fruta y el chocolate mientras que las variedades de aceite de oliva virgen extra para combinar serán la manzanilla cacereña (equilibrada y aromática procedente de Extremadura), la picual (amarga bastante y es la primera variedad mundial) y la cornicabra (pica bastante, no está equilibrada y en Castilla la Mancha está su mayor representación con 300.000 Ha).
Como colofón, también se deleitará a los asistentes con una tapa estrella de origen sefardí que aún sigue viva y degustándose en el norte de la provincia de Cáceres. Consiste en una ensalada de naranja con canela y aceite manzanilla cacereña.
MASTERCLASS DE REUTILIZACIÓN DEL ACEITE
Por otra parte, el jueves 21 a las 17:30 horas en el Centro Cultural San Marcos de Toledo tendrá lugar un taller para conocer distintos mecanismos de utilización del aceite a través de jabones, alumbrado con lamparillas, bálsamos o cremas con base de aceite.
Para los miembros de Oleosetin, el aceite utilizado debe ser considerado un subproducto al que podemos seguir sacándole provecho y no verlo como un residuo doméstico. Una forma según Luis Miguel Martín, “de poner en marcha una economía circular que dé una segunda vida al producto primario”.