Nuestras madres y abuelas vivieron otra época. Tiempos en los que la mayor parte de las cosas cotidianas eran artesanales, manuales o caseras. La evolución de la sociedad y la mercantilización de muchos aspectos han provocado una mejora de la calidad de vida pero por otro lado, la pérdida de la sabiduría popular.
Estamos dejando en el olvido muchos de sus oficios, sus recetas,

su forma de hacer las cosas, su ingenio para exprimir al máximo lo poco que tenían, la sensatez del aprovechamiento… Todo tenía un único objetivo, sacar adelante a sus familias.
Hoy día, podemos decir aquello de que nos lo dan todo hecho. Lo cual tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes. Porque somos menos independientes ya que necesitamos comprarlo todo, y claro, nada sale gratis.

Yo (Jesús), conservo en la memoria de mi retina a mi madre refregando mis pantalones en un lavadero de piedra y frotando con el jabón que ella misma había elaborado con el aceite que antes había usado en la cocina de casa para prepararnos sus magníficas recetas caseras. Digamos queera un poco rebelde y le daba bastante trabajo.

Queremos recuperar esas experiencias y ofrecer la posibilidad a madres, padres, hijos y amigo de poder compartir la experiencia de crear algo útil y además disfrutando durante el proceso.